CABEZAS DE RORSCHACH I (2000-2005)
Cabeza
VÍCTIMAS V (MENORÁ). Serie Cabezas de Rorschach I. 2001. Óleo y grafito sobre lienzo. 220 x 220 cm.
VÍCTIMAS III. Serie Cabezas de Rorschah I. 2001. Óleo y grafito sobre lienzo. 220 x 220 cm.
CABEZA LLENA DE OJOS. Serie Cabezas de Rorschach I. 2001. Óleo y grafito sobre lona plástica. 200 x 200 cm.
CABEZA AJEDREZADA. Serie Cabezas de Rorschach I. 2001. Óleo y grafito sobre lona plástica. 200 x 200 cm.
LO EFÍMERO DE LA EXISTENCIA (VÍCTIMAS I). Serie Cabezas de Rorschach I. 2001. Óleo y grafito sobre lienzo. 135 x 100 cm.
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CABEZAS DE RORSCHACH I
Ciria, en uno de sus textos, hablaba del libre deambular de la mano (dotada de un lapicero o un carboncillo) como generador de dibujos abstractos. En el año 2000 en un trabajo sobre papel, ese libre deambular quiso caprichosamente conformar la silueta de una cabeza. «Lo único que había que añadir eran pequeñas correcciones y pintura roja». En Cabezas de Rorschach I (2000-2005), se representan cabezas humanas al mismo tiempo que el artista continua trabajando en sus series abstractas, la relación formal con Máscaras de la Mirada es evidente, pero la mancha se interrumpe, tras nueve años investigando únicamente entre lo geométrico y lo informe, para dejar ver el contorno del dibujo.
El título de la serie recurre a los test psico-analíticos de las manchas Rorschach de exploración del subconsciente y de estudio de una determinada personalidad de un paciente dado, por medio de la interpretación subjetiva de dichos dibujos. Es decir, son test proyectivos del ser. La intención de Ciria en sus trabajos de las series Cabezas de Rorschach, es precisamente que el espectador puede proyectar o volcar un significado subjetivo ante dichas composiciones.
Las figuras del primer ciclo no muestran una fisonomía clara, tan solo una silueta que marca la cabeza, el cuello y los hombros, pero la violencia de los rojos, las texturas y los contrastes, pueden hacer que el espectador descubra tras la ausencia de formas (nariz, ojos, labios…) una producción de sentido dramático y unos sentimientos encerrados en las diferentes posturas de las cabezas, dentro del plano compositivo expuesto ante la mirada y la mente.