MÁSCARAS DE LA MIRADA
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MÁSCARAS DE LA MIRADA

MÁSCARAS DE LA MIRADA

 

Desde 1995 hasta la actualidad

 

Inmersa como todo el resto de series hasta el año 2005, dentro de la plataforma conceptual y teórica A.D.A. (Abstracción Deconstructiva Automática), Máscaras de la Mirada (1993-2012) es la serie más extensa y, sin duda, más reconocible dentro del lenguaje pictórico de Ciria. Este grupo de trabajo influye desde sus comienzos sobre toda la investigación posterior del artista, al menos en su plano formal. Aunque en series previas ya se había mostrado un claro interés por la pintura líquida, las texturizaciones del color, la luz y la volumetría; es en Máscaras de la Mirada donde Ciria alcanza una pintura plenamente identificable e inconfundible. La serie está directamente emparentada con la serie previa Encuentros Naturales (1992-1994) y alcanza su conformación madura durante la gestación de los trabajos preparatorios para el proyecto Mnemosyne (París, 1994).

 

Si en Encuentros Naturales las manchas y acontecimientos plásticos se mantenían en un segundo plano «interno» separados del espectador por una rígida trama geométrica, la diferencia formal entre ambas series se define en que en Máscaras de la Mirada las manchas pasarán a ocupar la superficie externa, convirtiendo a los elementos geométricos y compartimentaciones en actores secundarios. Ciria, según sus propias palabras, siempre ha mostrado un enorme interés en trabajar sobre las dos tradiciones clásicas de la abstracción moderna: la geométrica y la gestual; y las tensiones de fusionar en un mismo plano ambas posturas antitéticas.

 

Dada la longevidad de la serie, han sido muy numerosas las sub-series y suites que se han desarrollado a los largo de los años entroncadas claramente con Máscaras de la Mirada: El Uso de la Palabra (1993), Memoria y Visión (1993), Apropiaciones (1995), El Tiempo Detenido (Roma, 1996), El Jardín Perverso I (1995-1996), Requiem (1997), Carmina Burana (1997-1998), Nexos (1998), Compartimentaciones (1999-2000), Buenos Aires (2000-2001), Cometas (2001-2002), Psicopompos (2002), Venus Geométrica (2003), Horda geométrica (2003), El Jardín Perverso II (2003), Gilgamesh (2005).

 

«El soporte pisado y manchado por el eco del ejercicio artístico es reciclado y valorado por su inmediatez expresiva pero, sobre todo, por ejemplificar la esencia del objeto encontrado y dueño de una memoria, en este caso, extraordinariamente ligada al propio artista».